miércoles, 6 de julio de 2011

Il était ici

Cierra la puerta, y, tras ella, un millón de posibilidades. Un millón de sonrisas, un millón de suspiros, un millón de besos. Una lagrima se derrama por su mejilla, al darse cuenta de la decisión que ha tomado. Ese cosquilleo que se anunciaba por su alma cada vez que se cruzaba con su pupila azul ya no volverá; ese lunar que se le antojaba en el brazo derecho, ya no lo volverá a ver más.
 Y es que él estuvo ahí, ahí adentro, en ese lugar que no muchas personas consiguen llegar, ahí donde todo es perfecto, un mundo perfecto. Él estuvo dentro de su corazón.
 Tan sólo con mirarlo la primera vez, supo que iba a suceder.